Tienen ciertas propias
maneras
de mirar
de reír
de indagar lo cotidiano
con fruición.
De lo común
se extrañan y se alejan.
Y suelen no estar conformes
con ciertas extrañas
maneras propias
que tienen las cosas
de ser.
Viven incómodos con su era
como quien habita una piel ajena.
Algunas madrugadas
río arriba en la nostalgia
anhelan otras vidas
otros cielos
otros modos
otros tiempos
en los que con mucho menos
tanto más.
Y así van
viajando hacia el amor
los invisibles.
Inquilinos
pasajeros
pensionistas del tiempo
despojados
que siempre se están yendo.
M.E.
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