sábado, 30 de junio de 2012

Poema III

Dejan caer sus nombres
con la sencillez de un beso en la frente
los invisibles.

Delatan enseguida
sus sombras de colores
si sienten nostalgia
si agitan sus temores
si traen en la espalda
saudades de invisibles
o sólo maldeamores.

Cultivan invisibles
jardines de amapolas
que riegan con suspiros
con rezos del desierto
con un rumor de eclipse
y el polvo de las horas.

Si van montando sueños
no tienen imposibles
cabalgan sobre el viento
hacia las utopías
y no hay artillería
que pueda detenerlos.

Allí son invencibles
si van montando sueños.

M.E.

No hay comentarios:

Publicar un comentario