domingo, 26 de diciembre de 2010

Quién anda ahí.

Quién anda por la casa,
quién, con la sed de rastros,
recorre los pasillos transparentes del tiempo.

Quién anda con paso malherido
despojando de sus ropas a los espejos,
bebiendo el polvo y la sal y las sombras.

Quién se emperra
en leerle los labios a la muerte
que gesticula pálida desde la hamaca y se duerme.

Quién descascara la omertad de las paredes
para lamer una palabra, un gesto confidente, mendigando un signo,
el albur al menos de una paradoja arrojada a los ojos como arena.

Quién anda ahí,
detrás de todas esas puertas,
sedienta, azul, desconsolada
y a veces tierna.

Quién arrastra las llaves
por el viejo altillo
echando cerrojo a los recuerdos
y viceversa.

Quién vuelve y revuelve
en los roperos solemnes
esos gestos ajenos meciéndose en las perchas.

Quién insiste
en sonsacarle sus secretos al los sombreros muertos
y con insomnes preguntas despertar a los bastones de su siesta.

Quién cada noche
recorre los rincones,
con la porfía y el sigilo de una mancha de humedad,
tanteando en lo oscuro las respuestas.

Si la casa eres tú,
quién anda ahí,
detrás de todas esas puertas,
sedienta, azul, desconsolada
y a veces tierna.

1 comentario: